TECTONICA DE PLACAS EN MARTE
"I believe in Plate Tectonics" era el principio de un paródico "Credo" que a un profesor de la facultad donde estudié, no muy convencido de la validez de la teoría de la Tectónica de Placas, le gustaba recitar. A pesar de lo muy reticente que se mostraba el, por otra parte, brillante geofísico mencionado, es indudable que la Tectónica de Placas es hoy en día la teoría aceptada para comprender los cambios geológicos a gran escala que han sucedido en la Tierra.
Pero desde hace algunos años muchos científicos piensan que la TP puede no ser un rasgo exclusivo de nuestro planeta, puesto que en Marte parecen existir pistas que nos conducen a pensar que la TP, al menos a una escala limitada en el tiempo, actuó en el Planeta Rojo. Veámoslo.En enero de este año los controladores de la Mars Global Surveyor iniciaron una serie de correcciones en la órbita de la sonda entre las cuales estaba reducir provisionalmente su altitud. Fue entonces cuando el magnetómetro empezó a registrar medidas magnéticas de una zona del hemisferio sur llamada Terra Sirenum. Cuando los datos llegaron a los controladores de la misión éstos no podían creerlo: "nos tocó la lotería", fue el comentario de uno de los responsables.
Lo que la MGS había encontrado era una serie de anomalías magnéticas alargadas y de polaridades inversas unas con respecto a otras, como una sucesión de lineas blancas y negras alternantes pintadas a modo de "paso de peatones" en Marte, sólo que en lugar del color lo que se alternaba era la polaridad magnética. ¿Cómo pudo ocurrir eso? En la Tierra este fenómeno se da en los fondos de los océanos, y tiene un causante claro: la Tectónica de Placas. La corteza océanica (más delgada y de distinta composición que la continental) se produce constantemente a partir de magma expulsado a la superficie por una serie de fisuras interconectadas que forman las llamadas dorsales océnicas. Según salen a la superficie, los impulsos de magma empujan a la corteza circundante y hacen crecer el fondo océanico. En ese proceso, al contacto con el agua marina, el magma se enfría rapidamente y los minerales de hierro presentes en él actúan como pequeños imanes adoptando (y conservando) las características del campo magnético terrestre en ese momento. El paleomagnetismo, la ciencia que estudia el magnetismo en tiempos antiguos, ha demostrado que el campo magnético de la Tierra ha cambiado de polaridad multitud de veces a lo largo de la historia, y esto ha quedado impreso en las rocas. Por ello, en los océanos terrestres, se puede observar a cada lado de la dorsal océanica una serie de alineaciones magnéticas de polaridad normal e inversa según cómo fuese el campo magnético de la Tierra en el momento en que cada impulso de magma salía a superficie. Y algo parecido es lo que se ha encontrado en Marte.
Pero no ha sido ésta la única prueba que se ha esgrimido para postular una tectónica de placas marciana. Las distintas sondas que cartografiaron Marte mostraron que el tercio norte del planeta está entre dos y tres kilómetros más bajo que el resto (por ello a la zona de transición se le llama la Dicotomía). Además hay una ausencia casi total de cráteres y los datos de la planimetría de la Mars Global Surveyor nos permite afirmar que se trata de la superficie más plana del Sistema Solar, comparable a los fondos oceánicos terrestres (formados en su mayoría, como ya se ha dicho, por corteza oceánica). Como la forma y el aspecto de Vastitas Borealis no sugiere que sea una cuenca de impacto, en 1994 un geofísico de Stanford sugirió que en realidad la Dicotomía era un antiguo borde de placa que permaneció activo durante muy pocos cientos de millones de años.
Además la misión Mars Pathfinder, a través del vehículo Sojourner, nos ha revelado que la mayoría de las rocas estudiadas por el mencionado robot son andesitas, un tipo de roca que se asocia a los bordes de subducción, allí donde la corteza océanica se hunde en el manto por debajo de la corteza continental.
Lo cierto es que una serie de alternancias magnéticas y un
terreno plano y bajo no son una indicación irrefutable, más aún si cada "prueba"
se da en un lugar distinto de Marte: además de en Terra Sirenum, se han
encontrado anomalías muy fuertes en Acidalia Planitia, en el mismo borde de la
Dicotomía, pero no en Vastitas Borealis, que es lugar con más aspecto de zona de
corteza océanica en Marte, y por lo tanto donde se supone debería ser más
detectable el bandeado. Más importante aún, los bandeados no parecen formar
estructuras simétricas; en los fondos océanicos de la Tierra, al producirse el
crecimiento de la corteza a los dos lados de la dorsal a causa de los pulsos de
magma, nos encontramos con que la distribución de anomalías magnéticas en un
lado de la mencionada dorsal es simétrica a la distribución en el otro lado. Sin
embargo, en Marte no se ha encontrado ninguna simetría, es como si estuviésemos
viendo sólo una de las dos mitades de una corteza oceánica terrestre. En
cualquier caso debemos recordar que la adquisión de datos se realizó
accidentalmente, por lo que quizás una campaña planificada podría arrojar muchos
más datos relativos a la distribución de las bandas magnéticas.
Pero la ausencia de bandeado magnético en Vastitas Borealis no es el único ni el
mayor problema que enfrenta la teoría de la Tectónica de Placas marciana. No
existe en todo Marte nada parecido a cadenas montañosas, que se generan en las
zonas de subducción (aunque algunos científicos opinan que los volcanes de
Tharsis podrían serlo) , ni tampoco dorsales oceánicas. Respecto a las cadenas
de montañas, una explicación podría ser que de hecho no ha existido subducción
en la Dicotomía, tan sólo crecimiento de corteza oceánica, pero eso nos lleva a
un nuevo problema: si se genera nueva corteza en una zona de Marte, tiene que
estar desapareciendo en otra (o estar plegándose, formando montañas), a no ser
que supongamos que el planeta está incrementando su superficie, una hipótesis
que tuvo cierta popularidad para explicar el movimiento de los continentes
terrestres, pero que fue descartada en favor de la Tectónica de Placas. También
podría postularse para la ausencia de cadenas montañosas que procesos de erosión
han podido destruirlas, pero los procesos erosivos marcianos no parecen haber
sido lo suficientemente fuertes o constantes como para borrar completamente una
cadena de montañas sin dejar ningún rastro.
Una alternativa para la explicación de los bandeados magnéticos
la da el propio Mario Acuña, coautor del artículo original de Science: es
posible que la fracturación de terreno magnetizado produjese la alternancia de
polaridades, igual que si partimos un imán por la mitad en cada una de las
partes se genera un dipolo. En cualquier caso, esto también supone una serie de
grandes esfuerzos tectónicos, aunque el propio Valles Marineris nos indica que
estos esfuerzos han sido comunes en el pasado de Marte.
¿Por qué es tan importante para los geólogos y los geofísicos saber si ha
existido tectónica de placas en Marte? La física, por poner un ejemplo, es igual
aquí que en el otro extremo de la galaxia; dicho de otro modo, las observaciones
muestran que una estrella a 100.000 años luz obedece las mismas leyes que una
manzana que cae del árbol.
Sin embargo, eso no ocurre en la geología (y mucho menos en la biología). Es
cierto que en nuestro Sistema Solar hay volcanes activos, dunas, plegamientos,
fallas... pero no hay nada parecido a un orógeno (una cadena montañosa formada
por choque de placas) o a una plataforma marina. Estos son rasgos exclusivos de
nuestro planeta y, como en el caso de la vida, un sólo ejemplo no nos da la
misma información que varios, sobre los que se puedan realizar compararaciones.
Por ello, otro planeta en que se hubiese desarrollado tectónica de placas sería
de un incalculable valor para ayudarnos a comprender muchos de los procesos que
aún son una incógnita para nosotros.
O tal vez no. Es muy importante tener en mente que aunque Marte se pueda parecer a la Tierra, no es otra Tierra: carece de hidrosfera y atmósfera estables, se halla bastante más lejos del Sol y, lo más importante, su tamaño es la mitad que el de nuestro planeta. Este es un rasgo fundamental, puesto que en la Tierra las placas se mueven gracias a los procesos convectivos del interior terrestre; por decirlo "grosso modo", el calor interno de la Tierra es el que la convierte en un puzzle en constante reconfiguración. Marte, en cambio, al ser un planeta más pequeño, parece haberse enfriado mucho más rápidamente. Mediciones de la Mars Global Surveyor, indican que el núcleo externo del planeta, al contrario que el terrestre, se ha solidificado, señal inequívoca de que las temperaturas (y las presiones) del interior marciano son comparativamente menores que las de nuestro planeta.
Pero el enfriamiento rápido es sólo parte del problema que surge al intentar comparar los dos planetas. Tal vez las diferencias de Marte le llevaron a desarrollar una Tectónica de Placas completamente distinta a la de la Tierra, una tectónica en la que, por ejemplo, sólo hubiese un tipo de corteza y no se produjesen orógenos en las zonas de subducción. Tal vez Marte nos pueda mostrar que no debemos hablar de una Tectónica de Placas, sino de una Tectónica de Placas Terrestre, de una TP Marciana... De hecho, ni siquiera es seguro que la TP haya actuado durante toda la historia de nuestro planeta; es posible que se trate de un proceso que sustituyó a otro más antiguo a causa del enfriamiento de la Tierra.
En cualquier caso, los descubrimientos de la Mars Global Surveyor nos dejan una serie de preguntas excitantes, haya existido tectónica de placas o no: si ha existido, porque tenemos otro planeta con el que comparar; si no ha existido, porque debemos explicar cómo se han generado esas bandas magnetizadas. Además, el descubrimiento ya ha permitido realizar un descubrimiento de por sí muy importante: Marte no ha sido siempre el planeta magnéticamente muerto que es ahora, puesto que las medidas de los bandeados sugieren que ha existido un campo magnético extraordinariamente fuerte.
Parece curioso como una pequeño imprevisto, en este caso el
cambio de órbita de la MGS, lleva a nuevos y espectaculares descubrimientos, y
no se puede dejar de pensar lo que podría obtenerse de un estudio planificado.
Es por eso que, en mi opinión, la NASA debe incluir en sus próximas misiones a
Marte una campaña de registro de anomalías magnéticas en detalle. Nos los deben
a los geólogos y a los geofísicos, entre ellos aquel profesor que recitaba "I
believe in Plate Tectonics"...
Fuente:
http://www.wadsworth.com/geo/platestectonics